CUENTOS DE CANTERBURY, de GEOFFREY CHAUCER.

  •  Vida de Chaucer

 

     Considerado el mejor escritor de la Inglaterra medieval, desconocemos la fecha exacta de su nacimiento (h. 1340 - 1345) y sabemos con certeza que murió en 1400. Trabajó como paje y escudero real, y ya en su madurez, realizo misiones diplomáticas. Combatió en Francia a favor del noble más poderoso de Inglaterra, Juan de Gante, y a consecuencia de ello, fue hecho prisionero. Se le considera un gran viajero: estuvo en España y en Italia, donde se familiariza con la obra de Dante (citada por él varias veces), con la de Petrarca y la de Boccaccio (de la que, probablemente, tomó la idea estructural de los Cuentos de Canterbury). Ya en su país, Chaucer fue recompensado por sus buenos servicios y le fueron concedidas varias pensiones que le proporcionaron el desahogo económico necesario para dedicarse a la literatura hasta su muerte. Chaucer dominaba a la perfección el inglés, el francés, el italiano y el latín, lo que le permitió escribir en distintas lenguas y traducir algunas de las obras más importantes dela época.

 

  • Los cuentos de Canterbury      [1]    

     Alrededor de 1389, Chaucer empezó a escribir una obra que tomaba la forma del Decamerón de Boccaccio: la narración de cuentos insertos en una historia - marco. Pretendía una recopilación de más de cien relatos narrados por un grupo de viajeros que peregrinaban a Canterbury[2]. Puesto que el autor describe a treinta peregrinos y cada uno debía contar dos historias en el trayecto de ida y otras dos en el de vuelta, cabe pensar que Chaucer había previsto un total de ciento veinte relatos. Sin embargo, la muerte le impidió concluir su obra y sólo pudo escribir veinticuatro relatos, todos ellos contados en el camino de ida.

      La historia – marco es la siguiente: varios peregrinos, de diversa procedencia social y geográfica, coinciden en la posada del Tabardo de Southwark. Harry Bailey, el dueño de la posada, propone a los peregrinos que viajen juntos a Canterbury y que se distraigan con un concurso: cada uno de ellos contará cuatro cuentos y aquel al que consideren mejor ganará un banquete. Los peregrinos acogen la propuesta con entusiasmo y la llevan a cabo.

     Los personajes-narradores de los Cuentos de Canterbury se describen en el prólogo de la obra y en las escenas que separan un cuento de otro, donde los peregrinos comentan los relatos. Aparecen descritos de forma exhaustiva, y no sólo se mencionan aspectos de su fisonomía y su vestimenta, sino que también se hace un detallado retrato de su vida, su carácter y su forma de pensar, empleando para ello el modo de hablar característico de cada uno para singularizarlos. Por eso, el libro es un caso insólito dentro de la literatura de la época, ya que en las obras de la Edad Media no se solían caracterizar con detalle a los personajes, sino que éstos eran simples arquetipos de cualidades fijas.

     Entre estos personajes destaca el propio autor, Geoffrey Chaucer, ya que no sólo narra el viaje, sino que participa en la peregrinación y toma parte en el concurso con dos relatos. Se presenta a sí mismo como un hombre refinado de la ciudad, del que a veces se burlan los demás personajes, como cuando lo interrumpen porque el cuento en verso que está relatando no les gusta.

     El resto de los personajes pertenecen a diferentes estamentos sociales, ejercen las profesiones más variadas y proceden de diversos lugares de Inglaterra. Representan a la Inglaterra del siglo XIV, compuesta por los tres estamentos tradicionales (los guerreros, los religiosos y el pueblo llano) y una emergente burguesía.

     Los guerreros están representados en el libro por un caballero, un escudero y un pequeño terrateniente. Aparecen descritos como personajes distinguidos y refinados, que relatan cuentos caballerescos acordes con su estamento social.

     Los religiosos están representados por una priora, un fraile mendicante y un monje. A veces, los religiosos aparecen caracterizados por sus defectos, aunque Chaucer no pretende criticar a toda la Iglesia sino a los religiosos de conducta poco ejemplar (así, por ejemplo, al monje mendicante parece gustarle mucho el lujo, lo que se contradice con su oficio).

     A la burguesía pertenecen personajes como un mercader, un magistrado o una mujer a la que llaman la viuda de Bath, que se caracteriza por ser una mujer osada, decidida y defensora de los derechos de las mujeres.

     Al pueblo llana pertenecen, entre otros, el molinero, que es un charlatán al que le gusta el alboroto, un labrador, un mayordomo y un alguacil.

      La temática de la obra es muy variada y procede de fuentes diversas. Aunque algunas historias parecen ser originales, otras están inspiradas en los cuentos populares, en otros autores europeos del medievo, como Boccaccio, o en autores clásicos de Grecia y Roma. Hay cuentos inmorales y divertidos, junto a otros de carácter didáctico, y otros de contenido doctrinal y alegórico, que pasa desapercibido para muchos lectores que carecen de la cultura necesaria para entenderlos en toda su complejidad.



[1] La obra original está escrita en inglés medieval y en versos pareados, pero las adaptaciones actuales sustituyen el verso por la prosa.

 

[2] En la catedral de Canterbury se encuentra la tumba de Santo Tomás Beckett. Canterbury era un lugar de peregrinaje para los creyentes, que iban allí para curarse de todos los males y enfermedades.